Días atrás, tuvimos la ocasión de hacer una visita de aquellas que dejan huella, que calan muy hondo. Ese día, me sentí mejor persona. Todo empezó el pasado mes de diciembre cuando realizamos una campaña solidaria dedicada a recaudar fondos para la investigación del cáncer de próstata. El dinero obtenido de los servicios de afeitado y arreglo de barba se destinaron íntegramente a la Unidad de Investigación de Cáncer de Próstata del Vall d’Hebron Research Institute. Y hace unos días, tuvimos la suerte de poder visitar los laboratorios de esta unidad de la mano de algunas de las eminencias médicas más importantes del hospital.
Me quedé impresionado: la pasión, las ganas, la implicación que transmitían estos científicos. Fue increíble escuchar cómo explicaban cuál es el estado actual de algunas de sus investigaciones, aunque he de reconocer que muchos de los tecnicismos empleados se me escapaban. Sin embargo, supieron hacernos llegar su mensaje y hacernos partícipes de sus inquietudes y logros, los retos que enfrentan, su apasionada dedicación, los resultados esperanzadores, la naturalidad y la cercanía a través de sus gestos y palabras… absolutamente increíble.
Tuve la sensación de “ser muy pequeño al lado de gente muy grande” que está cambiando el rumbo, que marca la diferencia en cuanto a la investigación en nuestro país. Pese a no contar con los recursos que realmente necesitan, se las ingenian como pueden para continuar, con tenacidad y audacia, su labor que, finalmente, repercute en el bien común del conjunto de nuestra sociedad, más claro aún, repercute en nuestras vidas…
Ese día me fui a dormir consciente de una realidad que nos envuelve, una realidad que, en ocasiones, olvidamos. Fui consciente de lo que podemos aportar, cada uno, desde nuestro lugar, nuestro trabajo, nuestro poder personal. No pude evitar sonreír al pensar que ese día contribuí con un pequeño empujón, al haber tenido la oportunidad de colaborar con este grupo de científicos y médicos que luchan para que todos estemos un poco más sanos y podamos disfrutar de una mejor calidad de vida.
Igual que yo he decidido colaborar con ellos aportando la recaudación de un servicio concreto de la barbería durante un mes, cualquiera puede hacerlo, a su manera. Solo es cuestión de interés y de darse cuenta de que todos y todas estamos implicados. Cada aportación, por pequeña se recibe con una ilusión desmedida; les permite avanzar y seguir creyendo en un proyecto de vida, al hacer realidad lo que hasta ahora aún podría parecernos imposible.
Me ha encantado, aunque solo sea por un momento y con una cantidad modesta, sentir que formo parte de esta comunidad. Y que realmente eso representa un bien para la sociedad. Os animo a todos a poder vivir una experiencia así, por nuestra salud, por la de todos.